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Cuando en determinados ambientes se habla de psicólogo canino y felino, muchos pueden pensar en algo extraño, o muchos otros se lo toman en broma, pero ni mucho menos.



La profesión de psicólogo canino y felino es muy respetada en países como USA y Gran Bretaña. La psicología es la parte de la etología que estudia el comportamiento de las diferentes especies de animales domésticos.


Los perros al convivir junto con el hombre desde hace más de dos mil años, se han impregnado de nuestro sistema de vida, que en muchas ocasiones resulta antinatural y conflictivo para el perro.

Esto hace que en la actualidad los perros y gatos sufran muchos de los problemas que sufrimos los seres humanos, inadaptación, estrés, ansiedad y como consecuencia se pueden presentar conductas compulsivas de destrucción, agresión, fobias y conductas anormales en general.

Los psicólogos caninos y felinos deben ser profesionales formados con estudios de psicología, etología, y técnicas de modificación de conducta y cuya actividad consiste en solucionar problemas de comportamiento que padecen determinados perros y gatos y que perjudican a la convivencia con su dueño, la familia o la sociedad.


Por ejemplo, el perro destructor que puede acabar con todo un mobiliario, ladradores que atormentan a toda una vecindad o los que no entienden la gerarquía familiar.


Todos estos comportamientos y muchos más pueden eliminarse gracias a la utilización de técnicas de modificación de conductas que si son aplicadas por expertos profesionales conocedores del comportamiento y con sólidas bases del aprendizaje, podrán proporcionar excelentes resultados.







Descripción aproximada de una consulta.


.-Una habitación, con una mesa con sillas en lugar de diván para poder conversar con los dueños de los animales problemáticos cumple la función de consultorio, en el cual el profesional comienza a buscar posibles soluciones para los multiples problemas de conducta que pueden presentar los pacientes.


.-El primer paso y más fundamental, antes de la evaluación comportamental, es realizar análisis clínicos para descartar cualquier problema orgánico o físico de base.

.-Luego, en caso de que los estudios muestren parámetros normales, se realiza el cuestionario a los dueños en el que se indaga, por ejemplo, sobre las condiciones de vida, la alimentación, el sueño, las reacciones de miedo o de agresión y la obediencia de las mascotas.

.-Más tarde, se procede a la observación del animal. Se ve como interactúa con el psicólogo y con la familia, si explora o no el ambiente, si responde a las llamadas, si es obediente, si responde al juego o a los estímulos. En base al examen, se hace un diagnóstico presuntivo.

.-En base a lo diagnosticado, se prescribe un tratamiento consistente en técnicas para modificar la conducta y, en caso de ser necesario, se ajusta el tipo de alimentación y las rutinas diarias.


El error más frecuente en estos casos es suponer que con la sola administración de un medicamento se puede corregir un problema comportamental.


Una de las características que distingue la especialidad es que se requiere una participación muy activa del grupo familiar, que debe cumplir al pie de la letra con las pautas y las técnicas indicadas.


Las alteraciones de conducta que se perciben son tan variadas como los tratamientos que se ordenan. Los animales que son agresivos, por ejemplo, se tratan con métodos diferentes a los que se recetan para los que presentan conductas compulsivas, como lamido excesivo, auto-laceración y auto-mutilación.














urso Aula De Natura - ADN

Terapèuta y psicólogo canino y felino | Comportamiento canino y felino




La actitud agresiva de los perros depende de la educación que reciben por parte de sus dueños y no tanto de la raza a la que pertenecen, según revela el estudio elaborado por la Universidad de Córboda y publicado por el Journal of Animal and Veterinary Advances y por el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).


"Muchos perros son sacrificados o abandonados por su actitud violenta, pero contrariamente a lo que se piensa, en la conducta agresiva del perro la raza tiene poco protagonismo respecto a todos los factores que dependen del dueño", revela el estudio. En este sentido, el equipo de investigación apuntó que los factores externos, modificables y dependientes del dueño son los que más influyen en la actitud del animal.


















Así que, la raza o el mestizaje no condicionan la peligrosidad de un perro. Una buena selección y buena educación por parte de los dueños sigue siendo la base fundamental para impedir que un perro se convierta en un animal peligroso.














Dicho antes, recalcamos que, la raza no condiciona la peligrosidad de un perro. La peligrosidad de un perro no depende de su raza, sino del individuo en sí, sea o no sea de raza. Los estudios en genética aclaran que los factores comportamentales que inducen a la agresividad no están unidos al genotipo de un individuo, y mucho menos al fenotipo, que es de lo que se trata al diferenciar unas razas caninas de otras.
















Tan sólo pueden existir factores genéticos (en determinados linajes o líneas de sangre, y no en determinadas razas) que, unidos a un ambiente y/o una educación determinada, pudieran tornarse más fácilmente en caracteres peligrosos y en desencadenar brotes de tipo agresivo. Estos casos pueden darse en cualquier perro sea de raza o no.















La ley española de Perros Potencialmente Peligrosos (Ley PPP 1999) es una controvertida e inadecuada ley sin base científica alguna, ya clasifica y discrimina razas de perros y propietarios.

Esta ley, en su primer epígrafe, nombra y tilda de potencialmente peligrosas a determinadas razas caninas (ocho o más, dependiendo de la comunidad autónoma) y posteriormente, en el epígrafe II, engloba a casi el 50 por 100 de las razas caninas con características similares (unas 200 aproximadamente), sirva de ejemplo: según este epígrafe, el perro lazarillo de un invidente puede ser considerado PPP. Entonces, ¿para qué nombrar a las ocho primeras? Tampoco aborda con criterio el factor mestizaje entre un PPP y otro que no lo es. En definitiva, una ley realizada por políticos y sin asesoramiento técnico alguno.


















Así, según el autor principal del estudio, J. Pérez-Guisado considera que "no es normal que los perros que reciben la educación adecuada mantengan comportamientos agresivos por defensa de recursos" y señala que en el caso de que esto ocurra se debería a algún problema médico u orgánico "que puede provocar cambios de conducta en el perro".


ADN:

Ha tenido que ser un estudio cientifico y varias publicaciones en revistas importantes del sector el que convenza a la sociedad de lo que Enric Mas y el equipo técnico de conducta canina de Aula De Natura - ADN sabían con anterioridad en base a su experiencia y a estudios elaborados en países muchos más avanzados en temas caninos que el nuestro.











Son adorables... los niños también















Mucho del desconocimiento legal que las personas tienen sobre el sistema judicial español responde precisamente a haber visto películas ambientadas en Estados Unidos donde las leyes son en muchos casos diametralmente opuestas a las españolas. Tal es también el caso de la posibilidad de dejar la herencia a tus animales. Hay que decir que en Estados Unidos es posible hacerlo todo con la propia herencia. Incluso podemos desheredar fácilmente a nuestra descendencia.


Sin embargo, en el caso de España esto es mucho más complicado. Exactamente la legislación española se basa en muchos casos en el llamado derecho natural. Eso quiere decir que, independientemente de los casos hay cosas que no podemos hacer. Algo parecido sucede con la cuestión de dejar la herencia a tus animales. Hay que empezar diciendo que en Estados Unidos es posible hacerlo.


Por el contrario en la legislación española no es posible. Y se debe en primer lugar al trato que la ley da a los animales. No tienen consideración suficiente como para poder ser herederos. En conclusión, la legislación española no permite dejar la herencia a tus animales.


¿Cómo puedo proteger entonces a mi mascota?


Si bien la legislación española no contempla la posibilidad de dejar la herencia a tus animales existen otras fórmulas para protegerlos. La primera de ella es que como no es posible dejar la herencia a tus animales sí puedes entonces incluirles como parte de la herencia. Es decir, tú mismo puedes elegir con quién quieres que pase los días que le quedan después de tu partida.


Podemos así elegir con quién queremos que quede nuestra mascota. Como siempre, queremos recordarte en este punto la importancia que tiene el hacer testamento. Sólo con él podremos incluir expresamente con quién queremos que se quede. De lo contrario, nuestro animal pasará a manos de uno de nuestros herederos como parte del lote de herencia.


Después será él mismo quien decidirá (ya como propietario nuevo de nuestra mascota) qué hará con élla. Por tanto si quieres protegerlo dejándolo como herencia de algún heredero en concreto, debes hacer testamento. Lo mismo vale para el caso de quieras dejarlo en una fundación.


Existe otra opción muy interesante que es poner a uno de los herederos la condición de que se encargue de nuestra mascota. Así, si bien no puedes dejar la herencia a tu animal sí podrás velar para que quede alguien que le cuide. De esta manera podrás hacer que un heredero sólo pueda disfrutar de su herencia si cumple con dicha condición. En el caso de que no lo hiciera perdería su herencia o quedaría suspendida.


Otra opción consiste en formar una fundación. Dicha fundación tendrá como propósito el cuidado del animal. La mejor forma de dejar la herencia a tu animal es esta en la medida en que una fundación sí puede heredar bienes.










Publicado por Testamenta




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